Un blog de Miguel Ángel López Molina                                                                                                                   miguel@ylogica.com  

 

¡Fuera máscaras!

 

“Tan ensimismados en sus obligaciones, muchos pierden la cita con la vida, sin ver el fugaz destello de cada instante, que se desvanece en la efímera luz del tiempo”.
L.M.

Vivimos en un mundo de ilusiones, un mundo donde la realidad se maquilla y se distorsiona. Os aseguro que nadie tiene una vida perfecta, aunque haya veces que lo parezca. Todos tenemos problemas, inseguridades, miedos y, aunque todos tratemos de mostrar nuestra mejor cara, no te dejes engañar, la vida perfecta… no existe.

Lo que sí debes de tener presente es que Tú eres único, y lo que es bueno para los demás, no tiene por qué serlo para ti.

Un extraño en la fiesta

Imagina que estás en una fiesta,  no es una fiesta cualquiera, es la fiesta de los perfectos. Esos que nunca se equivocan, los que siempre triunfan, los que tienen todo a su favor. Sonríen como estrellas de cine y hablan como gurús de la felicidad. Se sienten superiores y miran con desdén a los que no son como ellos. Viven en una burbuja de ilusión, ignorando la cruda realidad.

Te encuentras bien en la fiesta y quieres formar parte de ese selecto grupo. Te has puesto tu mejor traje, tu colonia favorita y la mejor y más falsa de las sonrisas. Inventas historias sobre éxitos, viajes y amores que nunca ocurrieron. 

Pero pronto te das cuenta de que has pretendido ser alguien que no eres y nunca serás. Has caído en la trampa de la positividad tóxica, creyendo que así serías más feliz, más aceptado, más admirado.

Pero ese no eres tú. Por dentro, te sientes  vacío, falso, miserable, sin vida. Estás en una montaña rusa emocional que te sube y te baja sin control. Estás en una fiesta de disfraces donde nadie se atreve a quitarse la máscara. 

Estás en un mundo de fantasía donde nada es real. La máscara que llevas se hace cada vez más pesada y la fachada que has construido se desmorona como un castillo de naipes.

En el fondo, sabes que hay otra forma de vivir. Una forma más auténtica, más sincera, más humana. Una forma que no se basa en la apariencia, sino en la esencia. Una forma que no se oculta de los problemas, sino que los afronta. Una forma que no se avergüenza de los defectos, sino que los acepta.

Así que, decides salir de la fiesta de los perfectos y entrar en la fiesta de la vida. Una vida que es imperfecta, pero real. La vida que es difícil, pero también bella. Una vida que es única, pero también compartida.

Decides quitarte la máscara, bajarte de la montaña rusa y reconocer que no eres perfecto. Admites que, a veces, te sientes triste, enfadado o frustrado, y que cometes errores, pero que también aprendes de ellos

Decides tomar las riendas de tu propia historia, abrazar tus miedos e inseguridades en lugar de ocultarlos, definir tus valores, establecer tus metas y trabajar para superar los retos que realmente te importan. Te lanzas a vivir tu propia vida y no la que los demás o las redes sociales te dicten.

Así que, en vez de buscar el elixir de la eterna felicidad ¿por qué no te das un buen trago de autenticidad y autoaceptación y vives la vida a tu manera?

Es hora de dejar de perseguir la perfección y empezar a apreciar la imperfección. Es el momento de disfrutar de tu vida real.

Citando a Epicuro, comprendes que no es lo que tienes, sino lo que disfrutas, lo que constituye tu verdadera abundancia. 

Miguel A. López Molina

1/12/2023

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