Un blog de Miguel Ángel López Molina                                                                                                                   miguel@ylogica.com  

 

El replicante en el espejo

Realmente ¿Gano lo que me merezco?

Algunas personas quieren que algo ocurra, otras sueñan con que pasarán, y otras hacen que suceda.

Michael Jordan

No, no soy Roy Batty, el replicante de Blade Runner, ni tampoco he visto cosas que vosotros no creeríais, pero sí que veo claro que el mundo se está automatizando por momentos. 

Miles de puestos de trabajo están cambiando de dueño, y los nuevos dueños no tienen pies ni cabeza, ni sentimientos ni emociones. 

Sectores como el tecnológico o el comercial, están sufriendo una profunda metamorfosis, un cambio que sabemos cómo ha comenzado,  pero desconocemos aun dónde se dirige, y mucho menos cuál será su destino final.

Todos experimentaremos una catarsis transformadora, una evolución que, como todo proceso, tendrá su parte positiva y negativa. Nuestra capacidad de adaptación al entorno será clave.

Mientras tanto, tendremos que seguir adelante, intentando mejorar, y de vez en cuando, mirarnos sinceramente en un espejo imaginario, buscando respuestas que solo nosotros podremos encontrar.

EL ESPEJO

No creo equivocarme demasiado al pensar que todos, en alguna ocasión, nos hemos preguntado si ganamos lo que realmente merecemos. También creo que  lo primero que hacemos es compararnos a los demás y quejarnos por lo que consideramos no es justo. Esta pequeña reflexión va de que tal vez debamos mirarnos en el espejo y preguntarnos si verdaderamente estamos haciendo todo lo que podemos para ganar más. Si la respuesta es no, debemos pensar en tomar medidas para mejorar nuestra situación, como buscar otro trabajo, pedir un aumento de sueldo, formarnos más, emprender un negocio propio, etc.

También debemos aceptar que, en algunos casos, quizá no tengamos la cualificación ni la experiencia necesarias para ganar más, por lo que deberemos intentar indagar como poder conseguirlo.

Sé que no existe una alternativa que sea perfecta para todos, ya que siempre estará influenciada por las circunstancias individuales de cada persona. Sin embargo, lo que sí sé es que quejarnos no nos beneficia en absoluto, sino que puede incluso empeorar las cosas

Al menos, debemos de ser conscientes de que para cambiar la situación, debemos de tomar medidas y asumir riesgos. Si no es así, hay que seguir intentando dar lo mejor de ti, porque lo que es seguro, es que al menos, cuando te mires al espejo, siempre serás del todo reconocible, además de sentirte orgulloso de la persona que refleja.

 

MI ESPEJO

Un día, hace muchísimo tiempo ya, me encontré frente a mi espejo favorito y le formulé las dos siguientes preguntas:

¿Es verdad que merezco cobrar más de lo que ahora gano?

¿Es cierto que debería ganar más que mis compañeros?

En cierto modo, era una pregunta trampa, pues yo estaba convencido de que había  una más que evidente respuesta. Esta no podría ser otra que: “Es cierto, mi señor”

 

Sin embargo, ante mi asombro, y un cierto escepticismo y enojo por mi parte, el espejo no lo tenía tan claro y comenzó a hacerme una serie de reflexiones antes de contestar…

- Puede que tenga razón en algunos casos, mi señor -respondió el espejo- pero también es posible que esos compañeros tengan otras habilidades o aptitudes que no sean tan evidentes pero que aportan valor a la empresa y justifican su salario.

Además, el salario no solo depende de la capacidad o implicación en el trabajo, sino también de otros factores que en muchas ocasiones nos cuesta percibir.

Le sugiero que antes de pensar en un aumento salarial, reflexione sobre su aportación real a la empresa y cómo podría mejorarla para que se refleje en su salario.

-Entiendo, gracias por las reflexiones -respondí un poco más calmado aunque no del todo convencido.

No hay problema, mi señor -dijo el espejo con una sonrisa- siempre estoy aquí para ayudarle a ver las cosas desde diferentes perspectivas.

No obstante y ante su silencio, volví a encararme con él y continué:

-Siempre he intentado superarme y formarme para mejorar en mi trabajo -respondí al espejo con cierta inquietud- pero sigo sin entender por qué cobro menos que otros compañeros que no se implican tanto como yo.

Entiendo su frustración, mi señor -respondió el espejo- pero como le dije antes, el salario no solo depende de la implicación o capacidad en el trabajo. Hay muchos otros factores que pueden influir, como la formación académica, la experiencia laboral, etc.

-Pero ¿Qué puedo hacer para mejorar mi salario entonces? -pregunté con interés.

Es importante que reflexione sobre su aportación real a la empresa y cómo podría mejorarla para que se refleje en su salario. Pero también puede considerar la posibilidad de buscar otros empleos en los que su perfil sea más valorado o formarse para optar a puestos mejor remunerados.

Sí, tienes razón -dije asintiendo con la cabeza- quizás debería explorar otras opciones y formarme más. Y si todo lo demás falla, siempre puedo pedir un aumento de sueldo, ¿verdad?

Claro que sí, mi señor -respondió el espejo- siempre puede plantear un aumento de sueldo a sus superiores, pero asegúrese de tener argumentos sólidos que respalden su petición. Tenga en cuenta que si tienen la idea de no hacerlo, puede recibir contestaciones como: que se forme más, que se implique más, que tiene que mejorar en algunos aspectos de su trabajo como: puntualidad, servicio al cliente, actitud, relación con compañeros, con el equipo, etc. 

Tenga en cuenta también mi señor, que si su respuesta a todas estas “sugerencias” es que ya lo hace, la empresa puede responder también que reconoce su esfuerzo y dedicación, pero que no pueden permitirse aumentar el salario fuera de lo estipulado legalmente o que, simplemente, no pueden hacer una excepción en su caso.

Llegado este punto y levantando la mirada, fui capaz de pensar  y responderme con cierta sinceridad:

¿Vas a quedarte todo el tiempo mirándote en el espejo y pensando que mereces más?

O asumes tu verdadera realidad.

Si es así…

Deja de quejarte

Deja de pensar que todos están contra ti

Deja de pensar que tu capacidad está por encima de la de aquellos que ganan más e intenta demostrarlo cada día.

Ponte en marcha y haz algo por cambiar la situación

Y si a pesar de ello, continuas mirándote todo el día en el espejo, realmente…

Tienes el sueldo que te mereces

“Si resulta que mi mejor esfuerzo no fue suficiente, al menos no miraré atrás y diré que tuve miedo de intentarlo”

Michael Jordan

 

M.A. López Molina 

05/05/2023

 

Nota adicional:

Pequeña guía con 9 signos de que realmente puedes cobrar menos de lo que mereces:

  • El salario medio de tu sector es mayor
  • Cobras menos que otros compañeros que no rinden tanto como tú
  • Empezaste a trabajar con un sueldo inferior a la media
  • Nunca has tenido que negociar tu salario “de verdad”
  • La empresa ha despegado pero tu salario no
  • La empresa busca perfiles similares al tuyo y ofrece más dinero del que tu cobras.
  • Tienes más responsabilidades, pero el mismo salario
  • La rotación de la empresa es elevada
  • Has adquirido nuevas habilidades pero sigues cobrando lo mismo

Fuente: PreAhorro.com

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